El liderazgo en salud enfrenta nuevos desafíos ante la alta presión que caracteriza al sector. Estudios de la Harvard T.H. Chan School of Public Health sugieren que el liderazgo efectivo no solo mejora el rendimiento del equipo sino también el bienestar emocional de los profesionales. En este artículo, se revisarán estrategias como la comunicación abierta, la empatía y la implementación de prácticas que favorezcan la resiliencia, basadas en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, se explorarán los beneficios de fomentar un ambiente inclusivo que permita a cada miembro del equipo de salud sentir que su bienestar es una prioridad. A partir de experiencias en hospitales líderes, se destacará cómo el liderazgo adecuado puede reducir el burnout y mejorar la calidad de la atención al paciente.