La medicina personalizada es una de las áreas más innovadoras en la atención de salud moderna. Stanford y el Instituto Nacional de Salud (NIH) son pioneros en investigar cómo la secuenciación del genoma puede guiar tratamientos adaptados al perfil genético de cada paciente. La terapia génica permite desarrollar medicamentos y tratamientos que actúan directamente sobre mutaciones específicas, abriendo un nuevo horizonte en el manejo de enfermedades hereditarias y cánceres específicos. Además, la bioinformática juega un papel crucial en el análisis de datos genómicos, permitiendo que los profesionales de la salud puedan identificar variaciones genéticas asociadas con enfermedades crónicas.