El diagnóstico temprano de trastornos del desarrollo infantil, como el autismo o la parálisis cerebral, está avanzando rápidamente gracias a nuevas tecnologías y enfoques multidisciplinarios. La Universidad de Stanford lidera investigaciones en el uso de inteligencia artificial (IA) para analizar datos de comportamiento y detectar patrones indicativos de trastornos del desarrollo en niños menores de dos años. Además, programas piloto en la Mayo Clinic están utilizando plataformas digitales para que los padres registren observaciones en tiempo real, mejorando la precisión en el diagnóstico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado la importancia de las intervenciones tempranas basadas en diagnósticos precisos. Estas iniciativas no solo mejoran las capacidades cognitivas y sociales de los niños afectados, sino que también reducen el impacto emocional y financiero en las familias.